jueves, 12 de marzo de 2009

Jugársela a la última carta

Es la sensación que tengo hoy, que me presento al exámen práctico de conducir, el permiso B.

Es la sensación que invade mi ser, después de haber dado 7 prácticas en las que todo ha ido más que bien, me la juego a que me salga un "jack" y hacer 21. La vida esta llena de estas situaciones, a las cuales estoy más que acostumbrado. Sin ir más lejos, en IVAO las cosas funcionan así: Tú puedes volar o controlar todo lo que quieras, pero te la juegas a dos horas con un tipo que decidirá si eres apto o no para ostentar el rango que ambicionas.

El carnet de conducir, qué gran título. Todo el mundo lo desprecia, diciendo que es fácil, pero nadie le da la importancia que se merece: Nadie desea no tenerlo.

De todas maneras, me abruma el surrealismo que rodea al permiso B. Sí, has leído bien, abrumar y surrealismo. Es todo muy acartonado, para dar paso a una serie de acciones posteriores a la obtención del permiso, más propias de Leónidas y sus 300.

Dejando temas concretos, planteo a los lectores habituales la reflexión: ¿Es justo jugársela a una sola mano? ¿Es necesario seguir así, o por el contrario, una evaluación contínua de los conocimientos elevaría el nivel de la vida?

Estoy a punto de descubrir la última carta, no tengo más dinero, todo o nada.

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