lunes, 26 de octubre de 2009

Necesidad de escribir

Es lo que siento en momentos como estos. No sé lo que siento, las sensaciones que atraviesan mi cuerpo, y lo hieren constantemente sin tocarlo, pero la sangre que derramo es real.

Esta mañana me he levantado y no entendía muy bien las cosas que me pasaban. Un dolor tremendo en la etérea alma, y punzadas en el corazón. Todo tiene una relación directa con la misma cosa, y quiero que ese dolor se vaya.

Alguien dijo una vez algo parecido a esto: "Hoy te he escrito una carta de borrones, eran renglones, pero mis lágrimas sobre ella la han convertido en borrones". Lástima que estas letras automáticas no sean solubles. Necesitaba desahogarme, intentar vislumbrar por qué me he levantado con el alma en pena, el corazón en huelga y tus labios acariciandome. Unos labios que parecen querer huír, por que dicen que llego tarde, o que nunca llego.

No sé si aún me recuerdan. Los míos no saben otra cosa que no seas tú.

jueves, 12 de marzo de 2009

Jugársela a la última carta

Es la sensación que tengo hoy, que me presento al exámen práctico de conducir, el permiso B.

Es la sensación que invade mi ser, después de haber dado 7 prácticas en las que todo ha ido más que bien, me la juego a que me salga un "jack" y hacer 21. La vida esta llena de estas situaciones, a las cuales estoy más que acostumbrado. Sin ir más lejos, en IVAO las cosas funcionan así: Tú puedes volar o controlar todo lo que quieras, pero te la juegas a dos horas con un tipo que decidirá si eres apto o no para ostentar el rango que ambicionas.

El carnet de conducir, qué gran título. Todo el mundo lo desprecia, diciendo que es fácil, pero nadie le da la importancia que se merece: Nadie desea no tenerlo.

De todas maneras, me abruma el surrealismo que rodea al permiso B. Sí, has leído bien, abrumar y surrealismo. Es todo muy acartonado, para dar paso a una serie de acciones posteriores a la obtención del permiso, más propias de Leónidas y sus 300.

Dejando temas concretos, planteo a los lectores habituales la reflexión: ¿Es justo jugársela a una sola mano? ¿Es necesario seguir así, o por el contrario, una evaluación contínua de los conocimientos elevaría el nivel de la vida?

Estoy a punto de descubrir la última carta, no tengo más dinero, todo o nada.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Savoir faire - Historia de una utopía

Nadie tiene un manual de cómo vivir. Partiendo de esa base todos tenemos que aprender a desarrollar las capacidades y actitudes vitales.
¿Cómo saber qué opción elegir si ambas parecen igual de ventajosas? ¿Por qué cambiar algo que no lo parece por algo que creemos que lo es?

Si alguien fuera capaz de editar un decálogo de las acciones a realizar a lo largo y ancho de una vida, se le consideraría un erudito, un mago, un entendido de la antropología. Un sabio.

El problema viene cuando ese manual se llena de excepciones, cuando se da lugar a diferentes interpretaciones, cuando lo que ahí se refleja, no dibuja la realidad tal cual es.

Un manual de cómo vivir. Quizás fuera como la historia de J.K. Rowling y sus múltiples rechazos de Harry Potter, o puede que se convirtiera en un super ventas desde el primer momento. ¿Quién no querría tener un libro así?

Lamentablemente, tenemos que vivir de nuestras experiencias, del saber de los que ya vuelven cuano uno va, de la historia, de las verdades, y sobretodo, de las mentiras de este caminar.

lunes, 16 de febrero de 2009

Motivación y esfuerzo

Esas fueron las palabras de Vicente del Bosque el día que fue nombrado seleccionador nacional de fútbol. Palabras que vuelven a retumbar en mu cerebro cuando noto que el segundo cuatrimestre de la carrera que curso inicia su andadura.


Motivación y esfuerzo decía este fornido hombre, relativo a las cualidades que desea inculcar a sus discípulos durante los periodos de tiempo que iban a compartir en adelante.


Gracias a esas dos imprescindibles variables, obtenemos la fórmula del éxito, de la bienaventuranza en este caminar por el valle de lágrimas barroco, por los oscuros prados del vivir, la antesala de la belleza y del paraíso, tan lejano y preciado por el ser humano.

En muchas ocasiones, es verdad que me lleno de optimismo y veo todo color rosa, pero lucho contra mí mismo, contra mi dejadez, mi desidia, contra mis impulsos más primitivos que me empujan sin pensarlo al desenfreno, la locura, y el exceso.


Luchar contra mí mismo, qué antítesis más bella en comparación con mi última entrada del 8 de Febrero. Hoy empieza el segundo cuatrimestre, como un año nuevo, como un niño, no ya con zapatos nuevos, sino con un uniforme completo a estrenar. Lleno de ganas y deseos de agradar a mi persona y a las que me rodean, que bien merecerían buenas noticias de vez en cuando.


No tengo mayor intención con esta entrada que la de daros a entender la ilusión que me proporciona el comenzar una nueva etapa dentro de este curso, el poder "empezar de nuevo" y sobretodo, agradar, satisfacer y alegrar a aquellas personas que mejor se han portado conmigo y que me lo han dado todo, mis padres.

Mis padres son muy severos, pero muy blandos. Basan su poder en la recompensa y castigo, como todos los de este mundo. Sin ser excesivamente generosos, nunca han pecado de tacaños ni ruines.


Son ellos, mis padres, soy yo su legado.

Gracias por proporcionarme todos los recursos necesarios para que pueda desarrolar mis capacidades varias, y perdonad las indecencias de un adolescente, anhelante de experiencias y pleno de deseos.

Suerte a todos los estudiantes en este nuevo ciclo del curso.

domingo, 8 de febrero de 2009

Ser seguidor de uno mismo

Hace un par de semanas, me di cuenta de que el derrotismo, el pesimismo y las conductas negativas no llevan a ningún sitio. Desde hace un par de semanas me dedico a ver el lado positivo de todas las cosas, a tirar monedas con dos caras, a que los dados tengan seis caras de seis puntos, a que las montañas de cal no existen.

Ser seguidor de uno mismo, quizá sea más importante de lo que puede parecer a priori, sin embargo, como todo en esta vida, es malo si se abusa de ello. Este amor propio puede acabar en la soberbia, la superioridad y estas actitudes humanas que desembocan en el odio y en el rechazo social.

Vuelvo a escribir en el blog una entrada de transición, de paso, sin fundamento esperando a que suceda algo en mi vida, total, hasta en este blog, soy seguidor de mi mismo.

martes, 13 de enero de 2009

Sueño en la urbe

Todos sabemos, que muchos animales se dedican a hibernar en los meses más fríos, y que para ellos es esencial alimentarse bien antes de cada uno de estos períodos, para no perder fuerzas mientras duermen, o evitar una posible muerte.
El momento de la recolección de energías para un largo tiempo es un momento de felicidad,antes de volver a la frialdad del invierno, a la soledad del sueño, a la necesidad de encontrar algo que hacer para pasar los intempestivos días de invierno.
No hay datos científicos ni otro tipo de informaciones recogidas que indiquen que el ser humano hiberne, es una actividad reservada a los animales, a los osos, por ejemplo. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. En estos primeros días del nuevo año, he descubierto que el hombre no hiberna por que no quiere. Sí, exacto, si quisiéramos podríamos tirarnos tres y cuatro meses durmiendo, a fin de encontrar condiciones favorables cuando sonase el despertador biológico.

Pulso bajo, respiración pausada, en coma profundo durante Enero, Febrero y parte de Marzo. En mi caso sería bastante fácil. Los alimentos y necesidades primarias a satisfacer han sido ya completadas en los días pasados, y para ver lo que hay que ver en la vida actual, mejor sería tener un descanso que me permitiera reflexionar sobre qué soy, y sobre todo, a dónde me dirijo. Preguntas trascendentales donde las haya, pero que toda persona tiene que planteárselas alguna vez a lo largo de su existencia, como los musulmanes estan obligados a acudir, al menos, en una ocasión, a la meca, para dar vueltas. Así pues, tenemos que respondernos a nosotros mismos determinadas cuestiones, en determinados momentos, sabiendo contestarse.

Por mi parte, tengo la clara intención de empezar una semi-hibernación, a fin de ver como el tiempo pasa y pasa por mi ventana, esperando que el sol del verano, me despierte con buenas noticias.

jueves, 1 de enero de 2009

Recuerdos

Con azúcar por favor.

Veo como los coches pasan por delante de mi, y empiezo a preguntarme el por qué de la vida. El continuo murmullo de los vehículos autopropulsados que recorren la calle en cuestión de segundos, sirven a mi cabeza como un hilo musical de fondo para los pensamientos que la bombardean.

Tras unos instantes de pensamiento alejado, de divagaciones mentales e imágenes prácticamente oníricas, la esbelta figura del camarero se interpuso en mi campo de visión, con su mandil color lila.

El bar "Le Trouville" era famoso por su Café Crème, uno de los mejor elaborados de la comarca, y acompañados por unos más que asequibles precios. Barato, bueno y bonito, pero lo que nadie podía quitar de esa tarde en la terraza del café era la soledad que me acompañaba. Una soledad punzante como el hielo, una soledad tan insoportable como un clavo ardiendo.

La noche aprieta, me meto en el interior del bar, y el suave piano interpreta la canción "Le moulin", que me recuerda gravemente a la infancia pasada en los patios de colegio franceses, jugando a las canicas y al cache-cache (Escondite). El interior de la sala en la que me encuentro es mucho más cálido que la terraza exterior, que, aunque adornada con jacintos y geranios, no terminaba de ser acogedora en las tardes de los meses invernales. Poso la cuchara de mi café en el plato pequeño en el que estaban los bombones que acompañaban al Café Crèmé, recojo los granos de azúcar que se esparcieron por la mesa, después de los dos cafés bebidos. Pido la cuenta. Me voy.

Al salir del Bistro, una pareja de la mano, se daba un beso bajo una guirnalda, jurándose amor eterno. Te echo de menos.

El foco luminoso de la Torre Eiffel pasa por encima de mi cabeza cada ventitrés segundos.

Cuento los momentos que me quedan, y aún son muchos.